Caían frágiles gotas que se posaban en el verdor del césped recién cortado. El silencio interrumpido por el frenar de una van, llamaba mi atención. No debí hacerle caso a tal inoportuno...
Camino hacia el nogal, hacia el borde del precipicio, veo tu casa, aquel tendal. El espacio entre mi música y tu...
He escrito un mensaje hacia el bor… he deseado entre sabanas en aquel… He confesado que soy un fiel amant… un hombre terco y pésimo en el aje… La he imaginado mirando las velas,
Se que he de morir en alguna estac… no me da miedo, no me da sed. Se que el llanto ajeno y multitudi… no evitará la partida,
El tiempo a torturado a lo creado; el creador de la condena ha propue… sumergiendo el pánico entre las ve… corriendo el llanto en caras ajena… Crece el dolor entre las piernas,
El crudo recuerdo tácito, ha vuelt… Las amapolas han embellecido el se… mientras las moscas no paran de mi… frotando sus asquerosas patas que… Parados, erizados lo bellos del br…
Las calzadas de abundante comercio, me invitan las señoras un pequeño buñuelo. El menaje roto entre las rejas de la puerta, las comadres discuten por unos trapos de lujo; canta a la gat...
Llevaba la cremallera a medio cerrar y la barba frondosa por días postergados de cuidado. La botillería había cerrado y la única tienda de al lado, alumbraba con baja luz de vela a las ...
Amplificación, trinos, jora y melodías, talento, calma y alegría, vuelan bellas armonías, retablos descansan en la ganadería…
He atado mis demonios a tu locura, el vaivén de quimeras no me suelta… No me deja esta sartén flameante, de pensamientos impuros. Oscilar tu cuerpo como bandera,
Cuando las luces apagan... el sentir de tu cuerpo ocupa mi me… ocupa todo el espacio de la alcoba… tiñe mis noches a un negro absolut… Cuando las luces se apagan...
El otoño ha empezado y las hojas g… Un día mas he sostenido el hastío,… La tienda de Juan ha añadido polí… El claustro dicta nuestros nombres… ¿Que nos queda ver de la personas?…
quizás no puedas verme, quizás no puedas sentirme o quizás puedas sentir la fuerza de mi energía al abrazarte. He tratado de abrazarte millones de veces, en la calle, al comer, al estar...
Había pasado cuarenta minutos y Ernestina aun no llegaba. La ventana aún era el punto de encuentro. Los vidrios empapados por la lluvia, más el silencio sepulcral en casa, hacía que esc...
A orillas del Ebro he de consenti… las aves ceden su volar rozando la… el sol enfoca tu rostro pálido y a… mientras las cacerolas emanan las… La vitrina aun conserva esa espera…