Eloy Marquez

Un aliado en la línea del mundo

Luego, pero aún en el impacto de leer los libros de Castaneda Las enseñanzas de Don Juan
(1968); Una realidad aparte (1971), Viaje a Ixtlán (1971) y Relatos de poder (1974) vino a
darse este poema que presento, no tanto como una síntesis intelectiva como un modo de
ofrecer honra, gratitud a estas escrituras, que, a mí, se me brindaron sapienciales. Desde el
son del agradecer, escrito fue esto...:

Rompe el alba en multitud
de brisas.
Las fuerzas del aire, de los vientos
de los espíritus
atravesando como una tensión de
augurio, como un perfume de
profecía
a través de la luz
en la chispa de un evento,
en el evento que esa misma chispa
es.
Los resguardos han sido de utilidad, pues allí
lo tienes
al aliado...
de soslayo lo verás
sobre el campo de
labranza. De él, sin embargo,
no dispondrás,
pero se situará a tu alcance
como un compañero
para que, entre la prueba y la señal
un saber esperado en la cautela
salga al encuentro de tu corazón.
Tu corazón...
rendido, se abandona al ánimo
exacto con el que soportar los
fragores del poder y las humildades
de las enseñanzas.
Tu corazón.
Tu camino.
Tu poder.

Pero un hombre que sólo recorre los
caminos de la vida lo es todos. Hoy no soy
ni guerrero ni diablero. Para mí ya no
hay nada de eso. Para mí sólo recorrer los
caminos que tienen corazón, cualquier
camino que tenga corazón. Ésos recorro,
y la única prueba que vale es atravesar
todo su largo. Y ésos recorro mirando,
mirando, sin aliento.
(Don Juan)

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