Aún me llega el murmullo del mar, desde lejos, las olas viniendo a través de eco. Aún me llega su brisa, su canto, diciéndome en secreto que pare mi llanto. Escucho aún aquella misma me...
A esta lluvia eterna, ¡desnudémonos! Bailemos descalzos en medio de la tempestad y todo el movimiento.
Mientras todo el mundo dormía durante una noche en la que arremetió la lluvia todas sus horas, un hombre y una mujer se encontraron en mitad de la oscuridad y a mitad de la madrugada. C...
Bajo la falda de los cerros orient… y el rojo de la tarde desciende, cruza, atraviesa, hasta… ¡Estamos en las montañas! Vivimos en lo alto.
Vayamos al lugar lejano, ajeno a nosotros: en donde habla el colibrí, y nosotros cantamos. Víctor Daniel López
Aunque dentro de sus piernas habit… y vivía un fuego que ardía inexpli… sus manos, su frente, sus mejillas… su mirada y su alma, eran más frías que el hielo que ha…
Allá, donde el rocío jamás se secó, allá dejé un poema que no terminé. Allá, donde aún chillan las aves
Era un alma moribunda, que paso a paso, lentamente, se iba extinguiendo, por no saber de qué formar avivar la llama del fuego de su pasión. El invierno lo estaba arrojando lejos. La pie...
Nuestros fantasmas se encontraron a mitad de la noche para platicar de cosas sobre las que nosotros no éramos capaces. Hablaron toda la noche, hasta que los hubieron despertado los prim...
Llegas y de pronto encuentras un sitio perfecto, un lugar, un tiempo, un instante al que sientes que perteneces. Todo encaja contigo, con tu cuerpo, tus sentimientos. El aislamiento de ...
Cuando descubrió su sonrisa, comprendió el misterio que habitaba en él desde hacía mucho tiempo. Se reveló al fin su secreto. Ella acababa de salir de una concha. Ella estaba hecha de e...
La luna era de color morado. Hasta que vio su reflejo en los oj… Entregó su color a la inmensidad d… desnudándose, quedándose hasta los huesos.
las seis de la mañana huelen a hie… las siete y media a café tostado r… las nueve de la mañana huelen al c… las once a la sal que llega desde… la hora del mediodía huele al perf…
Lo siento, alma mía, por tenerte aprisionada. Perdóname por volverte esclava de esta insoportable asfixia
hay un pájaro azul enjaulado en mi corazón desea salir ser libre desea abrir las alas