Escrito el 28 de Abril del 2019
Sumo, resto, multiplico, divido, registro mis defectos y mis dones, mis penas y alegrías, mis razones y sentimientos, todo lo que he sid… todo lo que seré, todo lo mido
La vida trata de no cambiar las velas, sino el pastel.
¿Cómo pretendes que te olvide? Tu nombre es para que subraye, mi lápiz quiere que te raye y ya comprenda cada espacio. Mi suspiro no se decide
Del cero al uno existe una utopía sin decimales.
En ustedes recae cualquier verso, estrofa y poema, por la inherente voz que conceden a lo que se sient… o se piensa. ¿Será que en el rever… de ustedes se limita otro universo…
El horizonte enseguida se esconde. Mis manos ya no producen tsunamis impactantes en los dedos. Mis dedo… establecen un silencioso dónde sin un cómo. Un hábitat de origami…
Igual que yo otro se inspira en ella ¿Qué sentirá él?
Tomé un esquema de mayor de mi tarea de contabilidad, esa hoja que se arrepiente de contener cantidades irreales, y errores hechos números. Leí la primera cuenta, “Bancos” con un abono ...
Hora es de convertir la poesía en lo que siempre tuvo que haber s… desde que el lector genera sentido en una obra donde sólo existía el sentido que yo le daba, ¿había
Madre, esto no saldrá de mi gargan… porque me enseñaste a ser más de t… que de voz. Tú desconoces el pacto que tengo, donde mi saliva aguanta resentida para salir derecha.
En mis escritos, la persona en quien piense es el autor. En este, por ejemplo, el autor es anónimo.
¿Cómo que observas un nueve donde veo un seis? Admito que cuando él calla, yo grito porque a mí no me conmueve sentir seco donde llueve
Tocas arriba de mí, gota tras gota tras gota. Dibujo por la ventana los versos más melancólicos que el cielo atrevió a soltar.
Un enamorado camina con un “me encantas” en la boca, ignorante en lo que le toca vivir en la próxima esquina. La desilusión se avecina
Un grito armónico ruega hacer algo de interés, y suena, y suena otra vez; sólo el oxígeno llega. Ante eso, el sonido entrega