Mirar, morar
Sentir a diario
y sonreír
Existen interpretaciones mudas,
llenas de poesía visual.
Pero es solo una emoción
que te mueve como el viento
a las hojas de un árbol otoñal,
caes lentamente hasta tocar tierra
esperando desaparecer
en una pisada o movida
por una nueva corriente,
que es sino un gran sentimiento
que solo existe ahora,
ante la memoria de unos ojos
y una sonrisa.