La tinta de mi pluma siempre arde,
pero hoy su fuego se apaga.
Mi inspiración normalmente arde
deslizándose en mi lápiz,
viajando con mi imaginación.
A menudo escribo de pasión,
del deseo que enciende la piel,
pero hoy estoy atascada,
aprisionada en pensamientos
que no quería enfrentar...
Hoy le escribo al cambio,
a las sendas que creí mías
y se desdibujaron en el viento.
A los sueños que pesaban tanto
hasta que el amor les cambió el peso.
Creí que mi felicidad y mis sueños
seguían el mismo hilo,
pero no siempre el alma y el camino
se abrazan sin dudar.
Hoy estoy melancólica por lo que no fue,
pero sigo, porque pudo ser peor.
Porque en la inseguridad también hay certezas,
y entre lo que duele, aprendí:
Que sí puedo querer.
Que las sumas no siempre son exactas.
Que 1+1 no siempre es 2,
y cuando amas a quien no te elige,
es como si la ecuación se rompiera,
como si 1+1 volviera a ser solo 1.
Y si no es 2,
entonces soy solo Yo.
Y aquí está la respuesta,
La respuesta soy Yo.
Pero no es la definitiva,
Es la de este momento.
Porque la suma es perfecta,
Y cuando el amor sea el signo primordial entre esos dos unos.
Luego la respuesta es 2.