Dolor
Su sangre se me escurría entre los dedos,
Entre mis manos que obstinadas se esmeraban por presionar el enorme agujero ensangrentado,
No sabía que era demasiado tarde, luchaba por pensar que aún había algo que hacer,
Pensando que, si así lo creía, podría tornarse en verdad,
podría lograr que la herida se diera por vencida
que su vida no se esfumara haciendo charco en el suelo.
No quería hacerme a la idea de que ya había muerto,
no quería hacerme a la idea de que no podría rescatarlo,
no quería hacerme a la idea de que...
Pero sí era demasiado tarde,
No existía nada vivo que pudiera rescatarse,
Habíamos asesinado una historia,
Habíamos asesinado dos figuras danzantes en la ventana del ultimo piso del edificio,
Habíamos asesinado unas caricias, unos besos, un te amo tanto.
Yacía en el piso, ya pálido,
Ya no podríamos vernos a los ojos como antes lo hacíamos
Ya nunca más
Ni aunque los sueños me acerquen
Ni aunque me digas que regresaste por mi,
Ni aunque hunda mi cara en tu pecho y perciba tu aroma,
Ni aunque me digas que nunca más me dejarás sola.
Algo murió irremediablemente.
