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Le espero como se esperan los días dorados de la primavera

No puede en mi mente concebirse la idea del amor
Es como un río detenido, en el que muere la corriente
Pude haber sabido desde el principio el error
Pero lo había encontrado, lo encontré tan derrepente
Él me sonrió, desde esa columna en movimiento
Y yo no imaginé posible la realización del espejismo
Aún así, seguía con mis ojos y mi corazón despierto
Aquel cuerpo esbelto que se semejaba divino
Tan lejos ahora de mi prensencia
Pero tan cercano en mis noches de desvelo
Lo unico real es su ausencia
Demasiado dura y cruda como un muerto

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