Haiku 38
11/07/2016
Viejo reloj, que gira sin cesar, evoca al tiempo.
¿Que es una nube? algo bello y fugaz que se va o muere. ¿Amor de madre? va en una dirección...
Miro al espejo más, no me reconozco y sonreí. No era yo, es una imagen que sólo me contempla.
Y esa hoja verde, solitaria y endeble, vaga en el agua.
Te di la vida y te amo como nadie. Quiero tenerte, saberte cada día, darte siempre mi abrazo.
Fueron tus manos, incansables y férreas parando el tiempo. La Odisea de Ulises tu consuelo final.
Con un suspiro, libero tantas cosas, tantas, ¡que floto!
Amanecer de un domingo gris, lleno ¡de abrazos! ¡de despedidas!
¿Qué es preferible? ¿Soñar despiertos o soñar dormidos… Los sueños, dormidos o despiertos, no son más que... ¡Un hilo vivo de agua, detrás de u…
Amanecer en un día nublado; nos hace verlo, como el sutil frescor que nos regala el cielo.
Los sentía tan cerca, que sus corazones latían junto al mío y sus risas... sus risas
Si perdonamos, liberamos el alma y nuestro ser. Pero sólo, si lo hacemos de verdad.
Las hojas secas se pierden junto al viento; ¡Adiós otoño! Y pleno de aire gélido llega el cálido invierno.
Ese viejo árbol que yace junto al río no puede erguirse. La corriente lo inclina pero a su raíz, ¡no!
Fresca y ligera te refugias del sol y del mal viento. Con tu belleza húmeda, esparces la pureza.