Noviembre /07/2014
Vuela como las golondrinas, vístete de mariposa, envuélvete en la brisa y ven a mí. Déjame ver tu
En hoguera de melancolía hundo mis manos, y comienzo un intenso conjuro entre mi alma y yo.
Entre las ramas, rosas blancas al viento. Luego, ¡el cielo!
Suave cadencia, tibio frescor que abraza. ¡Así es mi mar! Siempre sueño con él, siempre... me pierdo en él.
Fueron tus manos, incansables y férreas parando el tiempo. La Odisea de Ulises tu consuelo final.
Fresca y ligera te refugias del sol y del mal viento. Con tu belleza húmeda, esparces la pureza.
Te observo lleno de años y de hist… decorando el final de ese sendero, y tú, árbol milenario te alzas fie… donde amarillas flores ríen gloria… Te miro y oigo todas tus memorias
Si los sueños se pudiesen escoger y la vida fuese la manifestación de ellos, no habría por qué sufrir;
Gracias te doy por estar presente en el día a día. Tu amistad sincera es regocijo y aliento.
¡Abrázame! y calla. No hables, solo...
Regreso como cada día por esa calle tan habitual, siempre a la misma hora, como inevitable rutina a la que nos somete la vida. Encima de mí, un cielo de invierno donde no se oye el cant...
¡En el silencio! siento el cálido arrullo de las palomas.
La margarita no perdona "al amor" ¡Por deshojarla!
El silencio habla y también ensordece cual vulgar ruido. Podemos escucharlo si aprendemos a oír.
En aquella capilla medieval había un viejo sótano y ella, (una chica joven llena de curiosidad), no dudó en bajar la fría escalera hasta adentrarse en esa estancia lúgubre con olor a si...