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CONFESION

¡Oh señor cuanto la amo!
Y que confesión más grande he dejado
que un corazón desangrando.
Una franja roja en el suelo
es prueba de ello.
Los limites en que la certeza
jamás se convertirá en sospecha.
Entonces caminare hasta donde el pulso me lleve.
Hare que mis pasos se conviertan en venas.
Si el sacrificio es la última gota,
daré vida al cuerpo que a su confianza agota.
Será una larga distancia recorrida.
Pero, ¡Oh señor cuanto la amo!
Esto es por lo que he soñado despierto.
El sentimiento hablo más rápido que las palabras,
y yo la insulte con gritos de amor y esperanza.
Yo me he desangrado en palabras,
y aquellas frases que corrieron en mi alma
ahora se escriben en el suelo deseando ser completadas.
¿Que necesito para estar a su lado,
cuando mi pulso no permite sujetar su brazo?
Sin embargo, ¡Oh señor cuanto la amo!
La veo bailando tras las frases de los sujetos
con disfraces ajenos.
Yo he desnudado mi alma ante usted
y solo he visto como sus pies cesaron por miedo a caer;
allí me pregunto:
¿Quién soy yo para usted?
¿Qué es la felicidad ante usted?
¡Oh señor cuanto la amo!
Dios esta de testigo;
le he hablado a usted con el alma, le he hablado a usted con el cuerpo
y solo parezco haber muerto en su silencio.
En esta noche dios esta de testigo,
y yo estaré al final de aquel recorrido,
pues mi corazón dará siempre su último latido
por usted,
por su fe.
¡Oh señor cuanto la amo!

(2013)

#LibreVerso

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