TIERRA NUEVA
Qué lucido sería volver a ver tu mirada como la primera vez.
Una vez hubo una luz, una vez hubo esperanza en tus ojos.
La ilusión prendió como faro en la niebla.
Un barco de nueva intención navego sobre un torrente de miradas:
mar sobre el que zarparon todas mis esperanzas.
Aun recuerdo los anclajes de mis parpadeos,
tu luz deslumbraba y segaba, serenaba mi distancia,
no sabía el destino que me esperaba.
De pronto la luz se apago.
Tus ojos voltearon para no dejar ver tu interior.
La fortaleza de acero y orgullo viro y encallo.
Quede varado en aguas con tiburones de apetente ego
tratando de morder mis pies.
Pero aprendí a nadar en estas aguas,
a flotar en la decepción y te agradezco a ti.
Deje que el oleaje me llevara a las pequeñas islas del porque,
gigantescas ante mi intriga.
Sobreviví de frutas agrias de entendimiento.
Cacé a la aceptación y comí su dura carne.
Bebí las aguas dulces de una nueva intención.
Vi lo hermoso del otro lado del amor: la negación.
Construí una modesta balsa de madera y humildad
y partí en búsqueda de nueva tierra.
Una nueva oportunidad ante tu presencia.
Un faro de nueva luz.
Una señal que me guiaría a mi estadía.
Tú me dijiste un día que nunca dejaste de pensar en mí,
dicho eso, nunca deje de remar sin pensar en ti.
Pase mucho tiempo así.
Luche contra corriente y supe el porqué de su ira.
Conocí lo dulce de un mar y al final lo observe:
gaviotas volando en libertad absoluta,
luces que encendieron en plenitud diminuta;
rumbo al puerto de la oculta trasparencia obscura
vi tu tierra que me dice que ahora es tierra nueva,
y que mis huellas jamás se marcaran sobre ellas.
(2013)
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