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Disertando sobre el amor.

Y lo que era intrascendente ahora es trascendente, y viceversa.

Acerca del amor

Querer hablar del amor, o en este caso escribir, puede ser un ejercicio  que no lleve a ningún lado y aún así, es necesario. Lo mas usual es que guarde silencio pues en el me encuentro en mi propio universo donde no se expone uno a crítica alguna y donde también se puede experimentar totalmente, y sin embargo, la misma naturaleza de la vida invita a compartir, compartir continuamente, como en combustión que eventualmente se extinguirá o simplemente, se trasladará a otros cuerpos, continuando el fuego de estar vivo.

Hablar de amor y pensar solo en una pareja, es tan limitado como decir océano y recordar tan solo una ola. Nuestra experiencia natural nos muestra que no hay limites pues aún cuando durante el día miremos al firmamento y veamos la grandeza del cielo y de las nubes, al caer la noche podemos mirar  más lejos, y perdernos en su inmensidad, y después de eso, aún cuando a la vista llegamos a un punto, un limite aparente que no permite ver mas allá, al usar un instrumento podemos seguir explorando y al contemplar con la mente esto puede ser ilimitadamente. De igual forma, cuando volteamos hacia adentro, el viaje parece infinito.

Podemos pensarlo, sin embargo, en la experiencia de pareja, donde se centra toda la visión del amor, con un carácter de fijación, podemos observar como se siguen repitiendo los mismo temores, las limitaciones que niegan la experiencia ilimitada del ser. Expresar amor es tan natural como respirar y de la misma forma, lo damos por hecho, por eso ahora respiramos sin darnos cuenta, sin darle valor, en automático, sin conciencia, y  así como la oxigenación deficiente nos mantiene pero no nos impulsa, el amor no expresado nos mantiene pero no nos incita.

No tiene límites.

Respira profundo... llena toda tu capacidad, sostén un momento y suelta lentamente... estas vivo.

Suelta un momento aquella idea que te lastima, solo un momento mientras respiras, verás que vuelve como un yo-yo pues tienes un apego con ella muy fuerte. No te juzgues, solo respira, sigue intentando, llevando tu atención a tu respiración, cada vez tendrás mas tiempo de este silencio que aprende a estar sin ese apego, ya después de tu practica, vuelve a tu dolor con la idea de que al día siguiente, volverás dejarle otro momento y así hasta que vuelvas a sentir tu poder expresado en la conciencia de tu voluntad.

No es necesario aprender con dolor, no es necesario temer al dolor tampoco. Es igual de hermoso un día de sol que uno nublado.

Al quitar esa neblina que nos muestra como seres incompletos, imperfectos, inmerecedores, la naturaleza misma de la experiencia es de que el amor ES y no requiere de nada extra. Es por esto que cuando cruzas tu mirada con un niño desconocido en la calle, la sonrisa sale fácil pues no hay otra comunicación más que la que surge de aquel que no juzga.

Aprendimos muchas cosas, aceptamos otras mas sin cuestionar, podemos sentirnos insultados por la presencia de otro ser humano por su color de piel, por su acento, por su manera de vestir, por su manera de hablar, por cada detalle nimio lo cual indica que miramos solo la apariencia, sin empatía, y esto requiere mas esfuerzo y por lo tanto se vuelve una lucha que lastima, cuando lo natural es no mirar diferencias, solo mirar igualdad.

Y si en este campo se experimenta uno, el amor de la pareja, el placer de compartirse, no contemplará límite alguno, y la poesía de Gibrán, de Whitman, y la propia, será clara, viviendo en libertad pues ya no se sustenta tan solo en valores y en el deber ser, sino que ahora se genera de la misma fuerza que hace latir tu corazón. Y lo que era intrascendente ahora es trascendente, y viceversa.

Y es con sus palabras que cierro esta nota y es con esta música que cubro la noche, para con mi ultimo latido consciente, sientas  las palabras de: Te Amo.

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Yo me celebro y yo me canto,
Y todo cuanto es mío también es tuyo,
Porque no hay un átomo de mi cuerpo que no te pertenezca.

Velozmente se irguieron y me rodearon el conocimiento y la paz que
trascienden todas las discusiones de la tierra,
Y desde entonces sé que la mano de Dios ha sido prometida a la mía,
Y sé que el espíritu de Dios es hermano del mío,
Y que todos los hombres que han nacido son mis hermanos, y las
mujeres mis hermanas y mis amantes,
Y que el sostén de la creación es el amor,

Walt Whitman, Canto a mi mismo.

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Pero si, en vuestro miedo, buscáis solamente la paz y el placer del amor, entonces, es mejor que cubráis vuestra desnudez y os alejéis de sus umbrales, hacia un mundo sin primaveras donde reiréis, pero no con toda vuestra risa, y lloraréis, pero no con todas vuestras lágrimas.

El amor no da más a sí mismo, no toma nada más que de sí mismo.
El amor no posee ni es poseído.
Porque el amor es suficiente para el amor.

Gibrán Khalil Gibrán, El profeta.

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