Eres presencia perdida,
una calidez ofuscada.
Presente sin estar presente,
pasada o futura.
No puedo escapar,
no del impulso de
buscar tu mano invisible,
memoria, a mi lado.
Es un cruel reflejo
sumado a la compleja,
inviable,
operación de olvidarte.
Eres presencia distante:
en los sabores,
en los aromas,
en los ahoras,
en los hubieras.
¡Fantasma viviente!
Presa es mi tristeza,
de tu depredador recuerdo
que acecha mi miedo.
Eres presencia distante:
pero no eres olvido,
ni eres presente.
Eres presencia distante:
en mi corazón,
que aunque dolido,
te acepta invisible.