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CAIRELES DE CUERO NEGRO (Rhápsody) © 2022

La fina piel de la cáscara

Caireles de cuero negro lleva el caballo
en esta mañana templada,
el corazón se sale del pecho del verano
y el viento, hace ondear las crines libres,
como ondea al galopar tu pelo plateado.
 
El Dios del viento, te ha concedido nubes blancas
y ensombrecen la mañana cálida, pero tu caballo,
con caireles de cuero negro, que llevas de la mano,
se relame libando cada gota salpicada del rocío.
 
Trota el corcel porque quiere alcanzar el verano.
 
Mira que elegante y erguida cabalga en su caballo blanco,
como la nieve y con porte altivo,
cigzaguea cimbreando las hierbas altas por donde va pasando.
 
Giras la mirada hacia el horizonte de colores ocre y azul,
porque la tarde hace morir la mañana y tu silueta
salta en su montura, haciendo un baile anacarado.
 
Fino es tu talle, como fino el hilo de seda blanca
y fino es el trote elegante de tu caballo.
 
Cabalga libre, piel con piel, sudor con sudor,
aromas color crema, que te evocan los estíos
por donde salpica la arena a tu paso.
 
No se ha visto figura tan bella, vestida de blanco,
baja con elegancia espoleando libre a su percherón,
cabalgando por la arena, danza marcando huella,
que borra el agua del mar, que moja tus finos tobillos.
 
El olor añejo que dejaste atrás, con el permiso de la madame,
tu rostro, ahora sí, se deslumbra sabiéndose libre
y, en tus ojos, se refleja el mar.
 
Liberas la grupa de los caireles negros de tu corcel,
mira cómo briega contra el viento, de pura sangre,
una mirada atrás vas dejando, porque te ama,
te espera, linda figura de los cabellos plateados.
 
Libre tu torso contorsionado y mirando hacia atrás,
a ver si te sigue tu caballo,
albino como la nieve, se acerca galopando,
parece que te mira y te dice:
vuelve a ponerme los caireles negros de cuero
y mezcla tu sudor con el mío, cuando voy trotando.
 
El Dios del viento así lo demanda.
 
Cae el dorado caracol, cuyo rastro devora mañanas
y atardeceres, con tu pelo al igual que el cielo dorado,
el baile anacarado, las crines de nuevo danzan.
 
Vuelve tu cabello argentado
a jugar, con el último rayo de Sol
y a sudar los poros del negro cuero del cairel,
como las crines y su aroma dulce cinzano,
saltando al ritmo del trote del cano corcel,
regresa de nuevo, como caído del cielo,
el baile anacarado.
 
Poem & Rhápsody © 2022
La fina piel de la cáscara
Alfonso J Paredes

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