A orillas del mar, donde la espuma se une a la arena, he encontrado una sirena, con cinco puntas para brillar. Un rayo de luz se refleja en su fr…
En su rostro terso y sin espigas la luz de sus calles ilumina una g… la luna es apagada con el calor de… que en sus aguerridas entrañas se… Una mujer con una toquilla de colo…
El dolor Me duelen más los recuerdos que no… que aquellos tristes que me ahogan… el olvido, mejor que el vigor que… Y todo soplo de esperanza se lo ha…
Tengo aquí en mi mesa, un cerebro, que he sacado de mi colección de cerebros. Los tengo de todas clases: grandes, rugosos, lisos, pequeños. Tengo el cerebro de Einstein, también el de M...
Me daré tumbos por las paredes buscando tu voz aterciopelada, que en una habitación quedó encerr… donde mi intimidad te escuchaba at… Llegaba del trabajo para escuchart…
La soledad me atenaza sin tu saber… demasiado tiempo amordazándome perdiendo la perspectiva del tiemp… llega un día más y esperas que pas… La soledad empieza después de amar…
Tengo una muñeca de talle garzul, de rubios cabello que ondean al vi… de pestañas de color azul. Solo le pongo un acento: que dormita bajo un abedul.
El rubor que fabrica el cruce de m… en el mismo tiempo que el aleteo d… que liba suspendido, frente a una… del lindo color rojo carmesí. ¡Qué mirada tan definitiva
A orillas de La Orotava, donde los dragos te protegen, en el país de Juan de Iriarte y C… Se me ha perdido un silbo que baja por donde desciende la la…
«Entre malvaviscos amanece el hiel… debajo no hay nada de nada, sino un gusano que sube el tallo d… El río: como venas recorre el suelo,
Ya huele a azahar, a hierba buena… ya llega el vaivén del incienso. por las calles estrechas entre pal… en las baldadas espaldas de los co… Crotan los palos al ritmo lastimer…
Los grandes asesinos de la historia tienen 3 fórmulas para actuar: 1. La compulsiva «el relámpago».– Actúan de forma compulsiva, así lo denominan los expertos. De esta forma los asesino...
No, no y no poeta de hojalata oxid… ni el paragüero te daría trabajo, toco tu boca con los dedos del pie… Sucumbes ante el poeta rancio poel… o cierras los ojos y si te vi no m…
El silbato del tren sonó anunciando su llegada. Yo, como otras veces, observaba desde aquella esquina de la verja que me servía de talismán de protección, podía mirar sin ser observ...
El inspirador de poemas me ha echado por el poema de ayer, y ya no sé qué otra cosa hacer Ya jovenjúbilo no me sale… Esas mariposas que voleavan …