Antes de la eternidad,
aún mucho antes
de que naciera el tiempo;
cuando no había destino
ni vida, ni pasado.
Cuando la tierra sola (y no creada)
aullaba con su fuego dolorido;
cuando se desgarraba
el oscuro silencio
del misterioso espacio
sin esplendor de cielo.
Antes, aún mucho antes
de aquel principio y tiempo
y de aquellas palabras
y lúcidas razones
que rompieron la nada.
Ese antes,
aquel en donde empieza
mi dolorosa espera
de temores tan llena,
que pude soportar
porque no había nacido...