Noche de sábado Bullicios afuera Una música lejana que suena y suena y no para
Pica, duele, arde Esta ansia inconclusa El párrafo sin punto final Que muere en mitad de la frase El cuento sin desenlace.
En la tenue oscuridad hay tres sofás y desconocidos sin rostro que salen y entran Las manecillas
El cielo, las estrellas Las cenizas que todo lo cubren Cubren la noche, El suelo, el mar, Cubren mi alma
los pendientes infinitos el anhelo incompleto suspendido en el aire y la punzada aguda de saber para siempre
Esta masa difusa de hastío Esta película monocromática en cámara lenta
Te veré partir Sin verte llegar Te veré partir Con el futuro sonriendo Y yo acá, quedándome
Me pregunto Si en algún mundo alterno El espacio y el tiempo Fueron benignos Si sentí tus labios
Y yo aquí, así, un suspiro Un anhelo y la espera Y las ganas de que pienses En mí como yo en ti Y tú allá, así, quién
te veo tu aire solemne tus ojos fijos en otro mundo en el tuyo
no es soledad no es tristeza ni amargura es el vacío de una ausencia
Es un suplicio como una sed inextinguible en el desierto árido y vasto sin tener al alcance el oasis de tus labios
Hay algo ahí En la esquina de tu mirada En esa media sonrisa Que no se termina de formar En la frase no tan casual
Otra despedida Esta, un poco más tierna Aunque no recuerdo tanto la anteri… Otra partida tuya Esperada e inevitable
Quiero embriagarme con el sabor áspero de tus besos impacientes que hoy no son más que una foto en sepia