Sol cabizbajo
La encrucijada de un saludo
En la tarde caída, esa de sol cabizbajo, curioso buscaba la canción que sonara a las luces de la tarde que reflejaban su respeto en los arboles espías de mi ventana.
Pero, sonaban en mi búsqueda,
las luces nocturnas de la ciudad andantes y discretas entre la obscuridad de las tres de la mañana,
Sonaba la luz presente detrás de lluvia, que hacía más de lluvia que de luz, siendo sutiles un millón de lagrimas.
Sonaba el sol deslizado entre las finas hojas de los pinos,
Sonaba el reflejo de unos ojos olvidados,
Sonaba tu voz cuando dijiste el ultimo de los adioses el cual ninguno de los dos intuyo.
Ni tu ni yo.
Sonamos al final en la canción que sonaba como las luces de la tarde que reflejaban su respeto en los arboles espías de mi ventana.
En aquella tarde de sol cabizbajo. Cuando nuestras manos se conocieron.
Sobre una mujer que desapareció obscura como la noche en que le toqué el rostro por ultima vez.
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