Loading...

Soneto

¿Por qué, menguado corazón, suspende      
opresión dolorosa tu latido?      
¿Por qué moja mi párpado abatido      
lágrima torpe que mi orgullo ofende?      
 
  ¡Mal la nobleza de tu ser entiende  
quien dos veces, esclavo envilecido,      
el alma que de Dios ha recibido      
de una mirada engañadora prende!      
 
  Acabe ¡y para siempre! el ansia fiera      
por la que presa fuiste en otros días
de inciertas dichas y pesares vanos.      
 
  Que si aun capaz de conmoverte fuera,      
del pecho a quien infame afrentarías,      
sabré arrancarte con mis propias manos.
Liked or faved by...
Other works by Ángel María Dacarrete...



Top