#EscritoresEspañoles
Vienen con lámparas, conducen serpientes ciegas a las arenas albarizas. Hay un incendio de campanas. Se oye gemir el acero
Yo invoco la cabeza más sagrada que exista debajo de la nieve. Mi corazón azul canta purificado por el silencio.
Retrocede, combate hacia atrás, corazón mío. Cíñete al amor, queda activo en cuerpos, en materiales amantes.
El vigilante de la nieve: 1. El vigilante fue herido por su… Describió con sus manos la forma d… cabellos que ya no amaba. Todas las causas se aniquilaban en…
Hubo un tiempo en que mis únicas p… y la lluvia. Ahora siento la pureza de los lími… si dijese su nombre. * * *
1. Tu cabello en sus manos; arde e… de la nieve. Son las cebadas, la siesta de las… pasado. Abre tus ojos para que yo vea las…
Todos los días salgo de la cama y digo adiós a mi compañera. Vena: cuando me pongo los pantalones, me quito
esta mañana lluviosamente azul, amparado únicamente por mi paraguas intrínseco, he logrado acercarme a tu juguetería; quiero decir, claro es, a tu juguetería Liminalmente hablando, te ...
Inmóvil, claramente inhumano en la pura catedral vive un ángel. Un ángel no tiene ojos.
1. El animal que llora, ése estuvo… el animal que lame las heridas bla… ése está ciego en la misericordia; el que duerme en la luz y es miser… ése agoniza en el relámpago.
Propongo mi cabeza atormentada por la sed y la tumba. Yo quería despedir un sonido de alegría; quizá sueno a materia desollada. Me justifico en el dolor. No hay…
Cuando tamaño significa lo grande y lo pequeño Tamaño insistente, impune de la saciedad
Caer en un rostro, existir con su respiración y con su boca..… Cuando tú estabas en peligro; tú gritaste, mas fue en la garganta de otro ser humano;
Cuando me extiendo junto al mar, existe el agua y su palpitación y un cielo azul cuya profundidad es demasiado grande para mí. Sentir el mar, su lentitud vivient…
Un día el mundo se quedó en silenc… los árboles, arriba, eran hondos y… y nosotros sentíamos bajo nuestra… el movimiento de la tierra. Tus manos fueron suaves en las mía…