#EscritoresEspañoles
El vigilante de la nieve: 1. El vigilante fue herido por su… Describió con sus manos la forma d… cabellos que ya no amaba. Todas las causas se aniquilaban en…
Conozco un pueblo?no lo olvidaré? que tiene un cementerio demasiado… Hay en mi tierra un pueblo sin ven… porque el cementerio es demasiado… Sólo hay cuarenta almas en el pueb…
La memoria es mortal. Algunas tar… Billie Holliday pone su rosa enfe… Algunas tardes me sorprendo lejos de mí, llorando.
1. Tu cabello en sus manos; arde e… de la nieve. Son las cebadas, la siesta de las… pasado. Abre tus ojos para que yo vea las…
Propongo mi cabeza atormentada por la sed y la tumba. Yo quería despedir un sonido de alegría; quizá sueno a materia desollada. Me justifico en el dolor. No hay…
Cuando me extiendo junto al mar, existe el agua y su palpitación y un cielo azul cuya profundidad es demasiado grande para mí. Sentir el mar, su lentitud vivient…
Cuando tamaño significa lo grande y lo pequeño Tamaño insistente, impune de la saciedad
Yo no entro en ti para que tú te p… bajo la fuerza de mi amor; yo no entro en ti para perderme en tu existencia ni en la mía; yo te amo y actúo en tu corazón
esta mañana lluviosamente azul, amparado únicamente por mi paraguas intrínseco, he logrado acercarme a tu juguetería; quiero decir, claro es, a tu juguetería Liminalmente hablando, te ...
Vienen con lámparas, conducen serpientes ciegas a las arenas albarizas. Hay un incendio de campanas. Se oye gemir el acero
Todos los días salgo de la cama y digo adiós a mi compañera. Vena: cuando me pongo los pantalones, me quito
Si pudiera tener su nacimiento en los ojos la música, sería en los tuyos. El tiempo sonaría a tensa oscuridad, a mundo lento. Mezclas la luz en el cristal sedie…
Mi manera de amarte es sencilla: te aprieto a mí como si hubiera un poco de justici… y yo te la pudiese dar con el cuer… Cuando revuelvo tus cabellos
Inmóvil, claramente inhumano en la pura catedral vive un ángel. Un ángel no tiene ojos.
1. Tengo frío junto a los manantia… mi corazón. Hay yerba negra en las laderas y a… pero, ¿qué hago yo delante del abi… Bajo las águilas silenciosas, la i…