Recogido por Esteban Peicovich en su libro "Borges, el palabrista"
#Argentinos #PremioCervantes #SigloXX
Lo sabían los tres. Ella era la compañera de Kafka. Kafka la había soñado. Lo sabían los tres. Él era el amigo de Kafka.
Me darás una ajena inmortalidad, c… Eres ya sombra de mi vida. Atraviesas mis noches con ti segur… La muerte –tempestad oscura e inmó… Alguien recogerá mis pasos y usurp…
De aquel hidalgo de cetrina y seca tez y de heroico afán se conjetura que, en víspera perpetua de aventu… no salió nunca de su biblioteca. La crónica puntual que sus empeños
Al término de tres generaciones vuelvo a los campos de los Acevedo… que fueron mis mayores. Vagamente los he buscado en esta vieja casa blanca y rectangular, en la frescu…
No he reescrito el libro. He mitigado sus excesos barrocos, he limado asperezas, he tachado sensiblerías y vaguedades y, en el decurso de esta labor a veces grata y otros veces incómoda...
Debo prevenir al lector que las páginas que traslado se buscarán en vano en el Libellus (1615) de Adán de Bremen, que, según se sabe, nació y murió en el siglo once. Lappenberg las hall...
Tarde que socavó nuestro adiós. Tarde acerada y deleitosa y monstr… Tarde cuando vivieron nuestros lab… El tiempo inevitable se desbordaba sobre el abrazo inútil.
Eres invulnerable. ¿No te han dad… los números que rigen tu destino certidumbre de polvo? ¿No es acaso tu irreversible tiempo el de aquel… en cuyo espejo Heráclito vio el sí…
Uno de los discípulos del maestro quería hablar a solas con él, pero no se atrevía. El maestro le dijo: La historia es muy antigua, pero una tradición, que bien puede no ser apócrifa, h...
Entre mi amor y yo han de levantar… trescientas noches como trescienta… y el mar será una magia entre noso… No habrá sino recuerdos. Oh tardes merecidas por la pena,
Nadie podrá olvidar su cortesía; era la no buscada, la primera forma de su bondad, la verdadera cifra de un alma clara como el día… No he de olvidar tampoco la bizarr…
Ya la espada de hierro ha ejecutad… La debida labor de la venganza; Ya los ásperos dardos y la lanza La sangre del perverso han prodiga… A despecho de un dios y de sus mar…
No lo abruman el mármol y la glori… Nuestra asidua retórica no lima Su áspera realidad. Las aclamadas Fechas de centenarios y de fastos No hacen que este hombre solitario…
Debo a la conjunción de un espejo y de una enciclopedia el descubrimiento de Uqbar. El espejo inquietaba el fondo de un corredor en una quinta de la calle Gaona, en Ramos Mejía; la enci...
Bruscamente la tarde se ha aclarad… porque ya cae la lluvia minuciosa. Cae o cayó. La lluvia es una cosa que sin duda sucede en el pasado. Quien la oye caer ha recobrado