#Argentinos #PremioCervantes #SigloXX #1981 #LaCifra
El alivio que habrá sentido César… El alivio que habrá sentido Carlo… El alivio que tú y yo sentiremos e…
Ahí está lo que fue: la terca espa… del sajón y su métrica de hierro, los mares y las islas del destierr… del hijo de Laertes, la dorada luna del persa y los sin fin jardi…
Como quien recorre una costa maravillado de la muchedumbre del… albriciado de luz y pródigo espaci… yo fui el espectador de tu hermosu… durante un largo día.
Las traslúcidas manos del judío labran en la penumbra los cristale… y la tarde que muere es miedo y fr… (Las tardes a las tardes son igual… Las manos y el espacio de jacinto
Pampa: Yo diviso tu anchura que ahonda la… yo me estoy desangrando en tus pon… Pampa: Yo te oigo en las tenaces guitarra…
El vago azar o las precisas leyes que rigen este sueño, el universo, me permitieron compartir un terso trecho del curso con Alfonso Reye… Supo bien aquel arte que ninguno
Recuerdo mío del jardín de casa: vida benigna de las plantas, vida cortés de misteriosa y lisonjeada por los hombres. Palmera la más alta de aquel cielo
En un corredor vi una flecha que indicaba una dirección y pensé que aquel símbolo inofensivo había sido alguna vez una cosa de hierro, un proyectil inevitable y mortal, que entró en la ...
Las naves de alto bordo, las azule… espadas que partieron de Noruega, de tu Noruega y depredaron mares y dejaron al tiempo y a sus días los epitafios de las piedras rúnic…
Nadie hubo en él; detrás de su rostro (que aun a través de las malas pinturas de la época no se parece a ningún otro) y de sus palabras, que eran copiosas, fantásticas y agitadas, no ha...
No se miraban. En la penumbra com… Él le había tomado la mano izquier… Luego le tomó la mano derecha y le… Ella tendía alternativamente las m… Esto duró algún tiempo. Fueron en…
Hoy, nueve de setiembre de 1978, tuve en la palma de la mano un peq… de los trescientos sesenta y uno q… para el juego astrológico del go, ese otro ajedrez del Oriente.
Ésta es el alba. Es anterior a sus mitologías y al… Engendrará los lobos y la serpient… que también es el mar. El tiempo no la roza.
Puedo recomendar a los amateurs de la novela policial (que no se debe confundir con la novela de meras aventuras ni con la de espionaje internacional, inevitablemente habitada de suntuo...
Silenciosas batallas del ocaso en arrabales últimos, siempre antiguas derrotas de una g… albas ruinosas que nos llegan desde el fondo desierto del espaci…