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El Poeta

Generar una duda al tiempo que se desplaza
la maquinaria que funciona con arena,
un ratón de campo hurde planes entre los apriscos
donde se malversaron los fondos del uso
de lo que no entendemos, y se aplicó
la norma formal, gramaticalmente formal
de la unidad.
 
Esta unidad ha escrito millones de páginas
en diversas materias, ha estado presente
en la filosofía y en la religión muy concisamente,
pero en el aspecto libertino del lenguaje
el poeta quiso chantajear ladrando, rugiendo,
bufando, quiso mojar sus sucios pies en el agua
que arrollaba de la montaña del primer aborto
apenas exhalado, consiguiendo un suave propósito,
una ambigua libertad de envenenamiento,
y es que desde que abandonó el vientre
de la tierra, el poeta que no prueba el veneno
no gusta de, aunque sea repugnante, repulsiva,
idealizada, invisible realmente, la libertad.
 
Guerras, revoluciones, asesinatos, como concepto
oscuro que es, y diverso, el más oscuro,
el más diverso, siempre ha existido la pérdida,
el desorden, siempre han quedado puertas
mal cerradas en pos de un plan de conquista
que nunca ha merecido dicha denominación,
si dijésemos paupérrima conquista, estaríamos
un poco más cerca de la degenerada irrealidad
con la que se vistió lo real.
 
Visto el descalabro de la unidad,
una íntima unión con el encarcelamiento
que engendra la duda, desatasca la auspiciosa
lluvia que fertiliza la enredadera, que abraza
al árbol de maduros frutos en su ramaje,
de los que el poeta envenenado ha de comer
para su desintoxicación, para buscar
una nueva identidad alejándose de las viejas
pretensiones malformadoras, de los escándalos,
del territorio propio donde despedazaba carne
con caninos dientes y clavos, no es la unidad,
ni el par, el impar, pocos, muchos, la nada,
lo importante, lo que ha sido o será importante
tanto para la Historia como para el poeta.
 
Que se contonean en el constante campaneo
de lo perdurable, no todo consiste en darle
un respiro al respiro, en tomarse unas vacaciones,
en equilibrar la balanza de lo conocido,
por justicia, es necesario, se necesita morir,
darle muerte a ese desorden psíquico
que anida en el interior de cada hombre,
mujer, niño, anciano, poeta, en el interior,
dentro del mundo, y es que es perfectamente
visible y perceptible si manejamos
con destreza algo tan difícil como la sinceridad
con lo que de desgarrador, inverosímil, irracional
conlleva desnudarla.
Piaciuto o affrontato da...
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