Todo lo puede el cauce de un mar que envuelve las olas, i… sueños de magia, de reyes oriental… Palacios de hielo, o de cristal, d… no me acerco, esculpidos en las ro…
Hay una mosca en mi cocina Y no la consigo echar Molesta la muy esquiva Cómo la podré aguantar Disparo flechas desde el suelo
Capaz en riqueza de ser tan certer… en el disparo que el revólver carg… de balas consigue un acierto pleno… el tirador en orgullo de dianas de… al que pertenece al derecho del re…
Aunque todo lo llevemos por delant… todo por delante, ¿qué nos queda?, el recuerdo, la imprecisión, vanas… de cascabeles que no tintinean en el destartalado pasado que se q…
(Dicen que tan solo unos pocos litros de sangre corren por el interior del ser humano, pero yo creo que es mentira, porque con mi sangre se compran coches, casas, se pagan viajes, la ba...
Veo como siempre quise ver, con me… todo eterno. Indefenso ante lo ine… comprendiendo quizás a medias tu h… evitable veo. Como siempre quise h… Me gusta conversar con el espejo,…
Concordio Se llama Mi pene Mi pene Se llama
Y mi domador se vuelve loco con el número de la avispa, que mu… en la herida abierta del chico del trapecio, cuantas existencias diferentes,
Mis ciudades vinculantes son San Sebastián y Zaragoza. La vinculación no expresa necesaria amabilidad. Ya me encuentro mayor para esto. Son sodomíticas y no cesan de romper mi desgracia...
Podríamos vivir más, dentro de la… donde arden tus entrañas y las mía… se confunden con los sueños. ¿Dónde has estado contigo todos es… años? Yo, conmigo.
En un momento dado hay un hombre que está detrás de una puerta, la atraviesa y se sienta en un banco situado a la derecha de la misma, cruza las piernas y con los ojos intenta alcanzar ...
Te contaré un secreto que solo saben las mazmorras: Estoy loco. Te contaré un secreto a voces que conocen hasta en Moscú: Estoy loco. Y como es eso. Pues estándolo, toda la vida sin hue...
El viaje no es una distancia por r… es una distancia ya recorrida desd… misma blancura del papel, del prim… tomamos, idilio de náufrago cuando… de volver a rayar la remesa de hur…
Con el sempiterno cigarrillo entre los dedos. Paseaba la mirada a través del jardín. Hierba crecida.
Equipararse a un objeto valioso pero objeto, no al clarear de una mañana ni a la torcida luna, o al abejorro en el molesto zumbid… de los veranos que en las playas,…