La Puerta Y Los Zapatos
"Comencé a escribir para decir que no tenía nada que decir."
Antonin Artaud
En un momento dado hay un hombre que está detrás de una puerta, la atraviesa y se sienta en un banco situado a la derecha de la misma, cruza las piernas y con los ojos intenta alcanzar las nubes, adopta esta posición durante un instante tras el cual se levanta y se va, se introduce a través de la puerta y desde allí masculla extraños himnos hasta que de nuevo cruza la puerta y se dirige hacia el banco, sus movimientos son lentos y pausados, estudiados al detalle, como si llevara toda su vida en aquel lugar, y como si de una repetición se tratara se vuelven a suceder las mismas imágenes anteriores, las piernas, cruzadas, la vista al cielo, incluso el tiempo que permanece sentado es el mismo, otra vez se introduce en la puerta, otra vez se escucha su voz, y para ser fiel a su costumbre vuelve a salir, y vuelve a entrar, esta representación se sucede una y otra vez en el tiempo, siempre es el mismo hombre, siempre con diferentes ropas, solo sus zapatos permanecen iguales.
