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Mueca

Contraste, y un árbol que rasea el suelo
apretando las vidas de unos pocos en sus
ramas de peripecia sostenida, humores
que se mantienen en la lejanía aunque,
en alguna ocasión llegan a cerquear las
vallas de lo verosímil gustando de la vara
del pastor, en su camuflaje de nieve derretida
junto al duro hielo de su llave maestra, mas
donde no se encontraba ya un lugar para
el trabajo del desconchado de paredes, y
que repinte esas protuberancias de alcoba,
pódremos derribar un tejado para una
colocación de tiro y chimenea que llege
a ser capaz de salpicar la nostalgia mía, tú,
en tu fiesta, jugando corazones.
Cuando el soldado retrocede, oscuros
nubarrones que disparan amenazantes otro
diluvio y una contracción de rayos de sol y,
ya, las comidas campestres, las de junto
al mar, domicilian carnívoros insectos al
acecho de su próxima presunción, gobierno
de alacranes, avispas, hormigas en
prontitud de minutaje.
El que nos faltó para litigar entre la ropa
de cama, puede que una sonrisa asemejada
a una febril mueca.
Preferido o celebrado por...
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