MEIRA DELMAR
MEIRA DELMAR
Como vino la jarcha, desde oriente,
y los rayos del sol, también vinieron;
vino Meira Delmar al occidente
los versos, a cantar, que le nacieron.
La palabra que brota de su mente
como en la piedra viva, florecieron;
y se fueron al mar por las corrientes
del río del amor, que verdecieron.
Ella es así: paloma y ruiseñor,
sueños, paisajes, mansedumbre y canto,
ráfaga azul del río del amor.
Canto universal,
a mis mástiles atado
con la brisa viajera del afecto.
Princesa oriental,
nueva sherezada, que prolonga sus relatos,
para que nunca
la parca nos alcance.
Tesoro que Simbad
dejó como regalo,
cuando enarbolaba las banderas del regreso,
en su nave agarena
del viaje de los sueños
en la patria grande americana.
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