#Guatemaltecos #Mujeres
Casi podría decirte devorada por la angustia me asomo a la vieja cueva prohibida donde habitan
Un desangrarse lento remontable hasta la más pérfida belleza hasta el misterio de la carne iner… un ciego encadenarse
Me había sido tan ajena siempre, y hoy de pronto me descubre su color sencillo
Aún deseo mis antiguos tiempos fetales, en que fui pez opalescente y ciego.
El invierno comenzaba, apenas, a mostrar su cuerno —largo y temible— de unicornio ciego. Inquietante,
Por recorrer tu piel a pedacitos olvidé la piel agrietada de la patria, dejé de andar por sus caminos, no llegué hasta sus aldeas,
Fui agarrándome de ti, de tus ojos, campanarios llenos de palomas, y tu pecho encendido como un lucero sólo.
Con ecos de casa vacía resuena tu nombre y se pierde en el laberinto de mi lengua. Desde este túnel
Para Susana y Rigoberto Juárez P… Una misma insurrección morada, una misma, persistente memoria guardada por siglos en semillas,
Tengo miedo. Qué difícil contarte esta verdad, porque tú no sabes nada sobre su vestimenta leve, que se va deslizando
Solo como Borges en el fondo de la rosa torturado por báculos de plata espejos laberintos
Los incrédulos repetirán —una y otra vez— tu nombre, como lo hago yo en esta noche de turbia embriaguez
Yo miraba tus manos e inventaba historias de aleteos sobre mis pechos, de roces suavísimos
Bajo el ala de la noche que deja su huella imprecisa bajo la sombra del corazón repudiado
En medio del invierno pensativo Manhattan seguía siendo en mi cabeza sólo una canción, para recordar a un hombre.