#EscritoresEspañoles Carolina Coronado
Bien hayan, mariposa, las bellas alas como el aire leves… que inquieta y vagarosa entre las flores mueves, ostentando tu púrpura preciosa.
¡Cuán bellas sois las que sin fin… en la espaciosa altura, inmensas nubes, pabellón formando al aire suspendido, inundáis de tristura
El fin de todo busca el alma mía porque en esta existencia pasajera del más hermoso y regalado día siempre viene a turbarnos la alegr… el miedo del dolor que nos espera.
Almas esposas seremos; unidas existiremos aunque tú vivas lejano, que el mundo no puede, hermano, lograr que nos separemos.
Lágrima viva de la fresca aurora, a quien la mustia flor la vida deb… y el prado ansioso entre el follaj… gota que el sol con sus reflejos d… Que en la tez de las flores seduct…
¡Piedad!... Virgen, arráncame y l… de entre estas rocas donde estoy h… hieren sus filos mi desnuda planta… no hay senda abierta y moriré en l… Corrí sin tino tras lejana estrell…
De tus ojos, bella Flora, muy bella será la llama, cuando aquí llega la fama de su brillo y su beldad, Y cuando yo desdeñando
Señora, os amo con igual ternura que en el hora en que os dije mi d… jamás, jamás hallé en mí devaneo rival a vuestro genio y hermosura.… —Será verdad, garzón, mas no lo cr…
Una noche de enero tempestuosa a la luz que agitaba recio el vien… trasladaba al papel su pensamiento una mujer, con mano presurosa. A veces dél la blanca pluma alzaba…
¿También aquí, Señor, en las entr… del solitario monte a los oídos vienen a resonar voces extrañas, gritos de guerra y ecos de gemidos… Negra sombra desciende a las cabañ…
Cuando exhala de esa suerte vuestra Lira dormitando un eco tan dulce y blando ¿a qué queréis que despierte? Dejadlo siempre soñando.
Antes que por la lluvia fecundada arde la tierra al sol de primavera… que apresurando su veloz carrera, muestras la luz de mayo anticipada… queda la yerba mísera abrasada
¡Nadie se muere de amor! ¡Cómo habías de vivir si amando, pobre mujer, tenemos que combatir, y el luchar nunca es vencer,
¡Salud, dulce golondrina, allá en el suelo africano bella, errante peregrina; salud, perenne vecina del ardoroso verano;
Turbóse el azul del cielo. Y las lluvias anegaron las semillas que en el suelo los labradores dejaron. Huéspedas de mi patria en el veran…