Gabo
Gabo.
Pareces Venido de otro mundo.
Desde los más tiernos años,
en cada pedacito de la realidad
se te fue revelando la magia,
escondida en cada latido
de la existencia.
De la imaginación y las supersticiones
de Tranquilina Iguarán, tiempos después
se fraguaría la colosal Úrsula; incansable
luchadora de soledades seculares.
Junto al recuerdo del Coronel, libraste
batallas, que te enseñaron la cara oscura
de la vida y despertaron el “don de Contar”
¡Gabo! el visionario, titán de las letras
de nuestra América. Protesta inmortal,
que vuela frontal, sin cadenas, que puedan
amordazar la palabra fresca.
Gabo, el Boom de una pluma que atravesó
el corazón del mundo; liberación plena
de mariposas amarillas, que junto a la belleza
y la ingenuidad de Remedios, la Bella, esparcieron
el aroma y la realidad mágica de América Latina,
más allá de esta frontera, tan mía, tan suya,
tan nuestra, tan de todos...
Gabo, magia, imaginación, verdades; transparencia
genuina, que se quedó per saecula.
Esencia tremolante, que libre aletea entre la tinta
y el papel para que los sueños, no dejen de escarbar
en la magia de esa realidad agobiante, hermosa,
triste, alegre... que nos hermana a lo largo y ancho
de la tierra, aunque seamos tan distintos, somos hermanos...
