#Cubanos #SigloXX
¿Vienes menos cada vez, huyes de mí, o es que estamos entrando en tu si… y ya tenemos poco que decirnos? Pero ese poco,
La noche extiende su dominio puro de estrella por mi sanagre apareci… como un árbol oscuro: ya no es la muerte ni la vida lo que alegre despierta con mi sue…
Ahora que empieza a caer, del ciel… de nuestra vida, que sólo nosotros… profundo, estrellado, carne y alma… ese polvillo sagaz en tu nocturno… ahora que el lápiz finísimo, graba…
Esta mesa que construyó mi abuelo para mi padre joven, guarda cosas dispersas de mi alma, versos, pros… fragmentos de ilusión y desconsuel… Toco sus pobres tablas, el abuelo
Estoy despierto, sí, estoy mirando fríamente algunas cosas que van dejando ya de ser secretas… Están ahí, como los árboles en el desnudo aire. Sí, estoy desp…
La dulce mañanita, los gorriones que vienen a las migas uno a uno acompañándonos al desayuno con cuerdas de Vivaldis y Albinon… sus saltitos cimbrando los cordone…
Cuando un poeta muere sus palabras se alzan del sudario del tiempo y gravemente cantan. Las que oscuras yacían
¡Juana Ígnea ¡Isolda nuestra! ¿Quién eras? ¿Dónde estás? Siento en tus cartas el olor astralmente salvaje
Ah de mi casa, este navío a tumbos siempre en el mismo sitio navegand… quién sabe hacia qué luces y qué r… anocheciendo, madre, navegando: yo que te vi agrietada en los retu…
Algo le falta a la tarde, no están completos los pinos, y yo mirando a las nubes siento lo que no he sentido. A cada instante pregunto
entra dice la ene de la nieve que sólo existe para el calendario si entre eros y héroe no se atreve a prescindir del año imaginario sigue la fe que nos sopló el prime…
Este libro no es tanto de poesía como de conciencia. Sus versos resultan duros y desabr… pero dicen la verdad de mi corazón cambiante y una
Si vieras en qué playa te he queri… y en qué estrella te ocultas inven… qué acentos de mi voz has escogido… hasta dónde te hunde lo imposible desde mi sueño al tuyo melodioso
Quedará lo que ella afirma no lo dice su decir es no decir y no decir y… no infinitamente sino Tres Veces
Cuando tocábamos el tiembre al fondo del corredor inerte, se oían sus tacones por el cuarto como en una angustiosa novela. Estaba sin duda arreglándole el la…