No dou lo que recibo, doy lo que soy.
Al parecer no siempre se gana por ser buena persona, y mucho menos se es inmune a los daños por la misma razón. Parece que a veces intentar dar lo mejor de uno (porque quiere y simplemente le nace), no significa que vayas a recibir lo mismo. A veces la vida te pone en aprietos y entrás en la oscura duda, de si ser buena persona al final es algo positivo o termina siendo negativo.
Seamos honestos, muchas veces pensamos que por hacer las cosas bien o al menos intentarlas, lo que recibiremos de ahí en más también será bueno, y estará basado en las mismas condiciones. Pero de pronto la vida te da un cachetazo y te muestra que estás equivocado; que a veces no importa si tenés el corazón más honesto o el peor de todos, porque en fin en algún momento te va a tocar sufrir y sentirte la peor persona que pueda haber en este mundo; sea porque diversos hechos o alguien te hicieron sentirlo. Creo que todos nosotros alguna vez entramos en la duda de continuar siendo la persona que éramos, porque sentíamos que todo lo que nos rodeaba no nos estaba dando lo que considerábamos merecer.
Sabés, a veces uno puede tener el peor de los días; podés sentirte pésimamente triste porque alguien te hizo daño o te sucedió algo malo, etcétera. Pero sabés, por ninguna razón existencial ni por las que vengan, dejes de pensar en que hacer algo de corazón es un error. No pienses que tenés que abandonar tu esencia, sólo porque algo o alguien te hicieron dudar. No dejes nunca de dar lo mejor en cada paso que hagas, ni dejes de tener buenas intenciones en cada uno de tus gestos y acciones. No importa que a veces te sientas mal, o te pasen cosas malas; una de las peores sensaciones que un ser humano puede experimentar, es dudar si algo se lo merece o no.
Sigan adelante, sigan teniendo un buen corazón y demuéstrenlo en su ser. No importa no recibir lo mismo que a veces das, porque estamos equivocados, la vida no se trata de eso. Se trata de ser alguien independiente; y cuando digo esa palabra me estoy refiriendo a ser alguien que no espere que otros definan su esencia. Sé alguien bueno sin importar cómo sea tu alrededor, porque tarde o temprano a la gente buena le va bien.
