Soy el puto mar
No me reconocerías, pero puede que te gustara un poco más.
Que tuvieras más cuidado con la manera en que tus palabras pueden perforar mi estado del ánimo, que me abrazaras un poco más porque reconocerías que en algún momento tus brazos podrían terminar tendidos a la nada. Que me dieras un poco menos por sentado y dieras más por adelantado. Que jugaras mejor tus cartas y reconocieras que te la estás jugando por alguien con quien no deberías jugar.
Porque si hubieras visto esta versión de mí puede que te gustara mucho más. Que si vieras esta sonrisa que me pongo cual vestido todos los días y la seguridad que cuelga de mi cuello levantado reconocerías el valor que te gustaba restarme. Que si me encontraras tan segura de quien soy en lugar de estar siempre a una amenaza de distancia de quebrarme reconocerías que no valía la pena intentar romperme. Si me hubieras reconocido más tronco que rama puede que te habría gustado sentar raíces en lugar de partirme en dos.
Que tenías una manera de hacerme creer que era un vaso medio vacío y que eras el único con el peso suficiente para levantar mis olas.
Hoy soy un maldito tsunami, cariño, y no eres capaz de reconocerme porque he dejado que el ser que te amó se ahogue al fondo del vaso que rompí porque no soy de cristal. Yo soy el puto mar.
