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Aguacero

Cae la lluvia a cántaros fluviales
Y nadan en mi centro incontables tempestades.
Mojados los recuerdos hoy se nublan
Dañados sentimientos que se estacan, me perturban.

Llueven afuera inviernos convertidos en arroyos.
Bañan la primavera y avivan el verano.
Caen las hojas y empapan el otoño de mis ojos; cegados. Destrozados, entristecidos.

Cae la lluvia y moja mis suspiros, entonces el aire no se lleva mis lamentos.
Mis vacios me acompaña  y hacen honda cada herida. Mis pesados sueños ya truncados son culpables de mis pasos lentos.

Seco esta el campo y el rocío hace eco en mi lastimera vida.
Sol de rayos perpetuos que calientan la hoguera de mi sufrimiento.
La tierra árida y seca que no cosecha esperanza ni alimento.

Una sonrisa por donde no escapa el alma. Con los ojos cerrados leo incontables pensamientos. Mi cerebro direccionado recuerda, no piensa. Pero no busca escapar mi sentir; es preso de tus sentimientos, que son míos y permito que me hagan esto.

Es tu culpa entonces cada lluvia dentro,  es tu culpa cada camino desierto.
Es tu culpa cada dia gris, cada rincón de mi alma nublada, cada sol que ciega la mirada de mi amor.
Es tu culpa que te culpe y es mi amor culparte. Aún no te amo y ya te sufro. Te quiero y amo la parte en la que espero amarte.

Camino bajo cántaros fluviales con las gotas como balas en mi piel.
Ya se pronostica el cese de la lluvia. Pero hay una que no para ni se agota,  no se moja el cuerpo si no el alma. Alguien grita: ¿no te vas a proteger?
Y en mi mente una voz calla: ¿para qué?
Para que el impermeable si por dentro se llueve también.

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