POESÍA JAPONESA
Corre el riachuelo con esa libertad que da la vida. Cantaba el pájaro canciones de pasión,
Al alba fresca besando las cerezas jugosa sangre.
Me muerde con rabia, odio esta memoria que me está matando, sangran recuerdos, entre paredes sucias.
Estabas en el pasado estabas que yo lo vi comiendo rabia bebiendo dolor. Las palabras eran puñales
Siempre estaré te quiero junto a mí aunque la vida se haga noche y la lluvia de fuego me queme. Porque te amo
Deliciosamente obsceno le dije, con un tono profundo como el azul de sus ojos, mis piernas temblando de pura ansi… por tocarlo.
Si solo lo viera en tus ojos aquel tiempo en el que besabas mis pestañas, en el que bendecías mis entrañas.
Cuando no esté no oiré la bella lluvia en mí caer. Hoy partiré en silencio, de los campos de otoño.
Deja que flote una sonrisa entre la noche y el sueño. Qué de día no puedo, que se ven las penas como manchas; colgando de la blusa carmesí.
Tú, eres perfecta como el mejor diamante de Sotheby’… de piel blanca como la luna llena; tus ojos, zafiros delicados simbolizan la verdad más clara,
Eres el sueño hecho carne, la sinfonía de los sentidos, un bello poema en movimiento, eres puro fuego encendido. Tus curvas son suaves colinas,
Tengo la sensación de estar en un delicado y apasionado sueño, siento como me besa con ternura. Quisiera darte un poco de lo que tú me has entregado, yo te cubriré de la lluvia, me susu...
Sentí tu mano acariciar mi cuerpo. ¡Solo fue un sueño! Sonando el piano en el otoño triste,
Parecen tus pechos la risa de una estrella que se desmoronó en miles de fragmentos blancos, redondos y delicados.