POESÍA JAPONESA
Tus muslos fuertes como las column… tus pechos de pezones rosáceos; de mármol blanco su piel rezuman leche que como un riachuelo recorren
Estabas en el pasado estabas que yo lo vi comiendo rabia bebiendo dolor. Las palabras eran puñales
Llegué a casa después de un largo día, agotado, deseando irme a la cama. Me tiré en el sofá, después de cinco minutos, me levanté, corría el riesgo de dormirme allí y deseaba ducharme, ...
Creo que te vi intentarlo entre el sueño y la vigilia salir de aquel abismo, tus manos se aferraban con fuerza, al resquicio de luz.
Mi alma se serenaba en aquel lago cristalino entre rayos de sol leía un libro, el de mi vida.
Esta nostalgia que me mata, que me llena de llantos pasados. Me doy cuenta
El cura de mi barrio me dijo: estás enfermo, ve al médico y te c… miré sus ojos había despreció, me levanté, jamás volveré a una ig… No estoy loco
Muerte roja encaje de existencia, hacedora del ser. Ella hiló mi alma con bordados de vida
Hay miradas que serenas esconden grandes secretos de amores que ya están muertos revelan dolor y penas. Hay miradas de tristezas
Recuerdos vienen a mi, del agua fría de esa playa turquesa, donde los besos eran como la arena, infinitos. Cuando llegaba la luna y rozaba
Rumor del agua en el oscuro bosque. Brillan luciérnagas. Alimentándose del néctar de las flores.
Están las flores en los bosques lluviosos, son alas de hada. Pequeña flor, se vuelve de cristal;
La oscura noche hace que ulule el búho. ¡Que otoño cálido! En la maleza se esconde el zorro rojo.
Siempre estaré te quiero junto a mí aunque la vida se haga noche y la lluvia de fuego me queme. Porque te amo
Bajo el cerezo disfrutan del hanami. Brota la vida. En ese prado vuelan a ras de suelo.