LA TIERRA MUERE
Ya está aquí el hermoso otoño
el suelo se convirtió en una
enorme alfombra de hojas
rojas, naranjas, amarillas
sentí como crujían bajo mis pies.
En aquel momento
me vino un aroma terrible
el fuego cubría el horizonte
lenguas de llamas
estaban arrasando el bosque.
Quise apagar el fuego con mis lágrimas
la tierra se removió enfadada
el ser humano es el único capaz de destruir su hogar.
Malditos aquellos
que por ambición contaminan ríos,
los mares tan bellos en su inmensidad
llenos de cadáveres de los seres acuáticos.
La negrura se hunde en mi alma.
La tierra está siendo maltratada
la torturan con sus vertidos
la matan quemándola,
ella grita y sus gemidos
se unen a todos los maltratados del mundo.
Ahí es cuando la poesía se vuelve un grito.
Odio los baúles llenos de dinero negro
como el betún;
que las bocas mientan para enriquecerse,
que los gobiernos tiendan las manos
para recoger sobres de maldad.
No quiero llorar sin que me oigan
no quiero que la gente se quede quieta,
quiero que nuestra voz se oiga,
que los malditos se vayan de nuestra tierra.
Rayos de luna
sueltan perlas de tristeza,
todo está muriendo;
tiende la mano y grita:
¡Salvadla!
