POESÍA JAPONESA
Si tú no vienes no tendré nada pasearé sola por las calles de Granada. Mi vida, ¿qué haré?
Quizás sea que en tu limpia mirada y en ancestrales cantos se halle oculta, la salud de mi alma.
Vomito el dolor a voces, a lágrimas, a silencios a suspiros, a solas.
cuando vuelvas ya no estaré me habré ido a algún lugar traspasando la frontera de la soledad.
A cuerpo abierto resplandecía, la espuma del mar la lamía. En el ocaso esplendoroso sus ojos se ensombrecían
No levanto cabeza, todo es tristeza, veo delante de mí un camino negro, donde mis pasos me llevan
Mejor que te calles, no quiero oír tus mentiras, tú no tienes educación, no tienes perdón. Me decías mi amor,
La vida que se transforma, se deforma entre calles empedradas con el dolor ajeno. Noches que se estrujan hasta la madrugada,
Átame, hazme tuya, pellízcame y llévame al infierno del placer, pasea tus manos por toda mi piel.
Tomo té mirando la ventana, mientras la rutina me mata. No hay nada peor que ver que desde que te marchaste el mundo viaja,
Quiero leer con mi mano poemas que entre tu piel; se muestran para mí. Tu cuerpo un libro abierto.
Dicen del Müki que es un Haiku expulsando la rigidez de 17 sílabas e inició “la forma libre Haiku”. (Rechazando el uso de los kigos, aunque puede tener kireji en el tercer verso como el...
Era una tarde de noviembre paseando por el Albaicín lo vi por última vez, me miró con sorpresa cerveza en la mano.
Mi pecho gritaba, pero eres tú el… camino por la calle, cojo un cigar… del paquete rojo, pienso en que quieres hacerme, pero no conseguirás que sufra.
En la esfera celeste explotaron supernovas cuando mis piernas firmes se abrieron apoyando los pies en el suelo,