Un río de calor líquido bajaba entre sus muslos,
él exploraba cada centímetro de su cuerpo,
en las sábanas albas dos cuerpos sudorosos
se entrelazaban.
Devorándose a besos los amantes
suspiraban mientras los te quieros
se sucedían.
Caricias, movimientos sincronizados
cuerpos atrapados en un orgasmo interminable,
al fin, cayeron exhaustos.