POESÍA JAPONESA
El tren me trae, la soledad dorada, hilando mí alma. Aquel otoño bordé en aquel pañuelo,
El dolor de la ruptura de un amor, aún vivo y palpitante, te marca hasta las entrañas. Pero puedo vivir sin ti. Mi corazón salvaje,
Átame, hazme tuya, pellízcame y llévame al infierno del placer, pasea tus manos por toda mi piel.
En la esfera celeste explotaron supernovas cuando mis piernas firmes se abrieron apoyando los pies en el suelo,
Te he repetido hasta quedarme sin voz que soy tuya, tuya por siempre. Créeme cuando te digo que nunca he amado
Mira la luna como contempla la ciudad dormida mira como quita la pena; esa que a veces nos atrapa.
Hay un hombre que a mí me ha vuelto loca un hombre que sabe darme lo mejor de sí mismo. Por qué hay hombres
Quizás sea que en tu limpia mirada y en ancestrales cantos se halle oculta, la salud de mi alma.
Te haré el amor a versos, con letr… Te dejaré acentos y comas de pasió… Y de tus senos a tu vientre y con… Y ten por seguro que cuando estall…
El cielo de Granada invita a las parejas a amarse bajo los naranjos. Bajo el cielo de Granada
Enamorarse es fácil, te quedas enganchada de él sin darte cuenta. Empiezas a sentir que quieres en tu
No supe retenerte en mi pequeño mundo tú querías fotografías, yo, quería amor del bueno. Ahora sé que debí
Ahora me doy cuenta de que tengo consejos para todos, menos para mí. Quiero ser fuerte me gustaría intentarlo
Hubo un día en que tuviste tantos amantes que no recordabas sus nombres, tiempo de miel, vino y canela. Hoy vacía, la noche te llama
No levanto cabeza, todo es tristeza, veo delante de mí un camino negro, donde mis pasos me llevan