POESÍA JAPONESA
Conocerte fue ver el sol dentro de mi pecho iluminando cada centímetro de mi corazón. Recuerdo tu pelo que mis manos deseaban amasar, acariciar
Solo soledad en esta expiación que me lleva a suplicar este día amor dejaré atrás la cobardía solo quiero que en esta redención, pueda decir que yo no te mentía
Deseo un amor que me quiera de verdad, que mis pestañas tiemblen solo al contemplarte Quiero un amor
Lo que está roto nunca retornará igual. Cuando la decepción te envuelve es difícil de desnudar,
Llueve en la noche bajo el soportal besos, las bocas ávidas buscan la piel desnuda en el rincón oscuro.
Era una tarde de noviembre paseando por el Albaicín lo vi por última vez, me miró con sorpresa cerveza en la mano.
Entre mis piernas cae la lluvia calándome siento mi sangre palpitar, gotas de agua resbalan por mi boca.
Entre pasillos navega mi mente en un caos que emerge del volcán en plena erupción. Abro puertas infinitas, en el laberinto de Creta
cuando vuelvas ya no estaré me habré ido a algún lugar traspasando la frontera de la soledad.
Noto tu aliento en la nuca, bajas por mi cuello siento el latir de mis arterias, tengo el deseo en mis labios y mis piernas temblando.
Te busco por las calles, llenas de gente, en la orilla del mar donde no hay consuelo, en las olas que rozan
Me das un morreo de despedida que me deja tiritando todo el día, pienso, que no falten tus besos. Cuándo llegas por la noche
Hubo un día en que tuviste tantos amantes que no recordabas sus nombres, tiempo de miel, vino y canela. Hoy vacía, la noche te llama
El monte Fuji, en la Región de lo… En el Japón actual ya no hay samu… Expertos en las oscuras artes del… El misterio era su materia prima,… Sus característicos trajes negros…
Se me fue borrando tu mirada. Olvidé que un día hacerte el amor era como hacer un ocho mil.