MUERTE, DEVUÉLVEMELO
Hoy he llorado hasta partírseme el alma,
he dejado que el agua salada
bese mis mejillas,
bese mi boca.
Me he dejado llevar
por lágrimas negras
como la muerte que te llevó.
No me digas
que tengo que olvidar,
que debo seguir,
cuando los caminos
se han cerrado con muros
de dolor y pena.
Cuando mi corazón
se desgarró, latidos
rotos envuelven
arterias derramando
sangre roja, sangre carmesí
con ella me haré un vestido
me envolveré en él y seré
la muerte roja.
No me digas que calle,
grito a ese Dios que dice
que nos cuida
grito al infierno que
coge lo que no es suyo.
Devuélveme la vida,
dame el amor que me quitaste,
no te atrevas a decirme calla,
gritaré hasta quedarme
ronca, hasta que mi garganta
se rompa.
Dámelo, es mío, dámelo...
y un raudal de lágrimas
caen rodando hasta el suelo
de la cocina donde
el dolor se condensa como el
humo del tabaco.
