poesía japonesa
Tu aliento melodía para mi espíritu poema encadenado son tus dedos en mi piel. Tus ojos me cantan romances
Mentías, cada vez que hablabas, jamás has sido capaz de amar, solo, abandonado por todos, te encontrarás. Eres un soberbio, altanero,
Saudade de ti de tu cuerpo hermoso tirado en la cama, de tu boca hambrienta de la mía, que besabas
El tren me trae, la soledad dorada, hilando mí alma. Aquel otoño bordé en aquel pañuelo,
Solo dije adiós, dicen que cuando una puerta se cierra, una ventana se abre y a mí me dan ganas de tirarme por ella.
Un río de calor líquido bajaba ent… él exploraba cada centímetro de su… en las sábanas albas dos cuerpos s… se entrelazaban. Devorándose a besos los amantes
cuando vuelvas ya no estaré me habré ido a algún lugar traspasando la frontera de la soledad.
Entre pasillos navega mi mente en un caos que emerge del volcán en plena erupción. Abro puertas infinitas, en el laberinto de Creta
Si tú no vienes no tendré nada pasearé sola por las calles de Granada. Mi vida, ¿qué haré?
Con la luna ardiendo al ver a los amantes el mar se calentó al ritmo de la marea lunar. Allí bajo su luz te besé
Por la mañana y yo acurrucadita en tu pecho, con la respiración aún agitada y caliente de tu sexo. Me besas con ternura, me dices un… Yo soy el cuerpo donde
Sobre mi boca dibujando una lágrima, en la tez nívea aflora del olvido; sonando al alba
Quizás sea que en tu limpia mirada y en ancestrales cantos se halle oculta, la salud de mi alma.
Me dejé llevar por la temperatura y por ti perdí la cordura. No sé que corre por mis venas
Amar es sentir la vida florecer en los latidos de tus sienes. Amar es consumirse en el ardor del fuego