Flechazo de Cupido
(æquam memento rebus in arduis servare mentem)

En el año 9AD este Corazón Apasionado anda volando bajo. El amor lo trae por los suelos. Se acerca la fecha de un cumpleaños especial y se la pasa como el Quijote: las noches de claro en claro y los días de turbio en turbio, pensando en un regalo ideal. A una fiesta de disfraces organizada por compañeros universitarios ella asiste con un traje de jarocha y adornando su pelo una flor. Justo en ese momento llegan a la mente de nuestro Corazón Apasionado tres susurros de Erató en forma de versos ideales para el primer Soneto Nocturno (serie cuyo título fue inspirado por el poema "Perlas Negras XVIII" de Amado Nervo encontrado en una hoja de calendario). Con el paso de los días lo completa y en la fecha de su cumple lo perfecciona. Hace una tarjeta especial. Y lo entrega.

El alma puede, entonces, descansar en paz.

Pasase lo que pasase.

Aunque anhelando, cual Quijote, haber logrado quizá lo imposible con su Dulcinea de ese entonces.

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Sucede que pasa que acontece, en el año 8AD, que muy amablemente, anticipándose a otros acontecimientos y sintiendo quizá algo de pena por nuestro Corazón Apasionado, ella le da a entender de improviso: ``ni mais paloma'' al comentarle que ha hecho su elección en otra persona.

¡Ay qué laureles tan verdes!
¡Qué rosas tan encendidas!
Si piensas abandonarme,
mejor ¡quítame la vida!

Y si. Siente un descuajaringamiento fenomenal en su interior. ¡Sismo 10 en escala Richter-Cupidez!

Muchas posibilidades de huida pasan por su cabeza. De mandar a la fregada todo y a todos. Afortunadamente al no decidirse por alguna, la tormenta pasa.

Una consecuencia es que pasados unos días decide satisfacer su curiosidad por el tabaco. Se compra, venciendo su timidez al "que dirá el señor de la tiendita'', una cajetilla de Camels. Tose y se marea las primeras veces, y lo segundo le satisface. Al paso de los meses cambia a Delicados ovalados sin filtro pues los primeros ya no surtían efecto con el mareito y los segundos eran más baratos, y esto último era de peso para su status de estudiante.

Y el tiempo inexorable sana cualquier herida y desvanece las cicatrices. Al pasar de los años guarda en el fondo de si mismo todo aquel sentimiento junto con su gusto por el alcohol, y a otra cosa mariposa.

#Soneto