(México, D. F.)
#EscritoresEspañoles
Colombia, no he de entrar contigo… tierra del buen hablar, que me enseñas, de toda tu gramáti… únicamente un verbo irregular.
¡Cavite! Aún suena en el ayer tu… De coraje la faz se enrojecía. Bailen, Lepanto, San Quintín, Pa… Gloria, fama, poder, virtud, renom… ¡Todo un mundo a tu estruendo se c…
para una plaza colonial ¡Claxon, silencio! ¡Chitón, tráfico. ¡Detente, oh vida! Que aún está en este rincón la vieja España dormida.
El agua en las esclusas sigue, dóc… la voluntad del hombre como su esc… ¡Muestra tú que aún es libre, negr… para la sed del árbol, el arbusto…
Ardes con el cohete del cielo, con… de la grúa y la carga y el disco e… Ardes, oh Nochebuena, sin Niño y… sin otro frío que el de un alma so…
temprano ¡Champañas en el mar!... Y tenues… para ocultar hasta el postrer inst… un conciliábulo gigante de rascaci…
Es tímido el rascacielos. Lo que le corta los vuelos ¿no es la convicción profunda, no es la modestia inocente del casón que dice, enfrente:
Animalillo joven, lindo boceto hum… tallo henchido de savia, flor noct… ¡que el tiempo, como inhábil pinto… de tan gráciles líneas haga inform…
Al aire te impulsó gigante anhelo; mas, con tu propia exaltación en g… vuelves a echar, nostálgico del su… tus anclas vegetales a la tierra.
Morelia... ¡Qué quietud! ¡Cuánta… ¡Qué larga paz en tus jardines lat… Tu viva historia es ya leyenda pur… Queda su encanto en ti como perdur… el sabor de los frutos en el ate.
¡Oh genio del lugar que nos acecha… llegúense sin recelo a ti las alma… porque, en signo de paz, todas tus… clavaste en tierra y se han trocad…
¡Señor, a tus designios me someto! Mi deber de hombre honrado cumplí, y aguardo, quieto, lo que hayas decretado. ¡Contigo, junto a ti, del diestro…
Triunfan en tu cuerpo todos los pe… Son tus labios rojos flores de men… Son simas de orgullo tus ojos rasg… Tus palabras roncas, torrentes de… Tenazas de gula son tus dientes bl…
Agua y nubes no más, y en el espac… la luz, suprema fantasmagoría. ¿Quién pudo levantar ese palacio para un dios, para un cielo, para…
(Santiago de Chile) Aquí cambia en mujer toda su nieve la cordillera inmaculada; cada rostro es un cielo breve y un relámpago azul cada mirada.