No es verdad que el espacio sirva como lugar en que se citan oquedades, rendijas, intersticios celebrando el congreso de la nada. No es el telón de fondo

Bajo la noche, de la nave han salido las mismas preguntas: —¿Acaso sabemos hacia dónde vamos? —¿Nos habremos equivocado de ruta? Hace tiempo que dejamos la tierra,

Eduardo. Guillermo, Jaime ¿recuerdan cuando fuimos terrorist… y armábamos el delicado mecanismo de explosivas mentadas de madre para ponerlas en lugares claves

Resbalaste, poema, de las cimas, c… hasta arribar, impávido y bullente… a la prosaica tierra, a lo corrien… del habla cotidiana, sin opimas in… Anidaste en micrófonos, tarimas, e…

Me aproximé a la sed, hasta el sec… hasta el atril altísono del vino. Me descubrí sin fin en un camino donde el placer se vuelve mi amule… Incliné la cabeza en un abeto.

Ahí sobre el ramaje puedo oír la c… El temblor, la jactancia, la canta… Puedo oír la abundancia melodiosa… o el acorde salvaje de volátil nig… Puedo oír un coraje que aletea. L…

Nevó toda la noche sobre el jardín de tu cuerpo; mas todavía hay rosas y botones abiertos. Las dóciles hebras sutiles

Como una dura exhalación volante cruza del aeroplano la silueta. Baja un paracaídas y un poeta y prosigue su ruta trashumante. El lírico despojo, luz mediante,

Cansado de que el viento me sacudi… de que se enseñoreara sobre mí decidí una madrugada soltar deliberadamente una de mis… Llevé todas mis energías

Pongo el motor a calentarse, a med… cada uno de sus caballos de fuerza… Someto bajo mis pies, a pisotones,… estampida, generando la feroz caba… al volante. Llevo un haz de camino…

Los desencuentros eran rutinarios. El pan amargo de cada día. En una ocasión con la carne viva torturada por la… no pude más.

Yo, señores, nací con la herencia de no sé cuántos líricos genes. De poetas soy hijo, soy nieto. Genealógicas ramas maduran la presencia de varios plumajes

El poeta ante la ventana ¿no estará más bien frente a un es… un espejo que, como una abuela, de… en bordar imágenes y entretejerlas con espectros invisibles que circu…

Llegué, como todas las mañanas, to… autobuses para comenzar mi recorri… también. Agarré con las manos entu… o eso parecía por la oscuridad. Calenté el motor y salí como alma…

Gracias a estos anteojos dejé de ser introvertido, encerrado en el último rincón de mi recelo. Gracias a ellos escuché los cantos…