Cargando...

El cazador y los conejos

Fábula

Poco antes que esparciese
 
sus cabellos en hebras
 
el rubicundo Apolo
 
por la faz de la tierra,
 
de cazador armado,
 
al soto Fabio llega.
 
Por el nudoso tronco
 
de cierta encina vieja
 
sube para ocultarse
 
en las ramas espesas.
 
Los incautos conejos
 
alegres se le acercan.
 
Uno del verde prado
 
igualaba la hierba;
 
otro, cual jardinero,
 
las florecillas riega;
 
el tomillo y romero
 
éste y aquel cercenan;
 
entretanto al más gordo
 
Fabio su tiro asesta;
 
dispara, y al estruendo
 
se meten en sus cuevas
 
tan repentinamente,
 
que a muchos pareciera,
 
que, salvo el muerto, a todos
 
se los tragó la tierra.
 
Después de tal espanto,
 
¿habrá alguno que crea
 
que de allí a poco rato
 
la tímida caterva,
 
olvidando el peligro,
 
al riesgo se presenta?
 
Cosa extraña parece,
 
mas no se admiren de ella.
 
¿Acaso los humanos
 
hacen de otra manera?
Preferido o celebrado por...
Otras obras de Félix María de Samaniego...



Top