2. El eco de lo que fuimos
A veces escucho una canción
que no escuchamos juntos,
pero sé que te habría gustado.
La escucho por ti,
como si en cada acorde
hubiera un suspiro
que se quedó suspendido
en el aire que compartimos.
Y al final,
esos ecos son lo único que queda.
Un roce de lo que fuimos
y lo que nunca seremos.
Nada se olvida
cuando se ha amado así.